El Perdón

El Perdón

Estas últimas semanas he acompañado un trabajo de perdón en terapias muy diferentes entre ellas. Cada uno con sus motivos. Todos con sus cicatrices a medio cerrar.

Existen momentos de marear la perdiz, de mirar con cierto disimulo hacia otro lado. Cuesta un rato largo ordenar toda esa avalancha de emociones encontradas.

Sin Perdón uno vive a 2 velocidades: en un plano de acción, en el aquí y ahora, la vida sigue. Y en otro plano emocional, donde una parte de ti quedó anclada en el pasado. Difícil de soportar por mucho tiempo… Aunque curiosamente tendemos a eternizarlo.

Sólo con pensar en perdonar pueden llover infinidad de emociones tóxicas que nos radioactivan, generando todavía un mayor bloqueo. Normalmente nos atascamos en lo negativo. Para llegar al Perdón surgen la rabia, la injusticia… son fronteras que no nos permiten avanzar ni probar renovados horizontes.

Muchos ya han escrito sobre el Perdón. Ellos ya dijeron que el Perdón no sólo libera al otro, también es un acto de aligerar nuestras propias alforjas. Al perdonar reducimos el peso de nuestra carga emocional. Sino la moneda de cambio es quedarse atrapado en el pasado. Nos perdemos parte del presente, nos condenamos a alargarlo a un futuro donde no queda espacio para la reconstrucción. El paisaje queda estancado. Desde ahí será complicado vivir con plenitud.

Sin duda será de ayuda pensar de antemano que más allá de esos límites puede empezar una nueva etapa. Unas nuevas reglas del juego. Donde cada uno empieza a mover ficha, ahora sí, disfrutando de la partida.


 

Cristina Ramírez – Psicóloga Col. 11.230

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio